El Anticristo

"Una versión legendaria dice que en el centro de la Tierra existe un mundo mucho más grande y más hermoso que éste. En él viven unos hombres de gran estatura y unas mujeres crueles que no queriendo amamantar a sus hijos, los arrojan a un monte, donde se alimentan de hierbas. El Anticristo nacerá de esta progenie. Saldrá al mundo por el cráter de un volcán que hay en las orillas del Tajo, y se criará alimentándose de los peces del río... El Anticristo pertenecerá, pues, a la raza de los gigantes, hijos de los íncubos. Otra tradición lo hace hijo de una monja y del diablo"

 

El nombre del Anticristo se menciona en la primera epístola del apóstol San Juan. Allí dice que el mismo llegaría antes de la Parusía (Segunda venida de Jesucristo), encarnado en una o varias personas; su misión sería difamar al hijo de Dios, oponerse a las normas cristianas y arrebatar mediante esas estratagemas el dominio y liderazgo que pueda ejercer el Salvador.

Durante la Edad Media se pensó el fin que perseguían los demonios, al copular con las brujas, era la de traer al mundo al monstruo de monstruos, el ser que se manifestaría contra las acciones humanas, a Satán encarnado: en fin, sería la procreación del Anticristo.

Siendo el hijo del Diablo, estará asociado precisamente al mundo demoníaco; negará a Dios y a Jesucristo, su objetivo será transformarse en símbolo de la perdición, hombre de la iniquidad que se opondrá a toda obra divina, con el fin de autoproclamarse dios y sentarse en el templo de Aquél.

La venida del inicuo irá acompañada del poder de Satán, de todo género de milagros, señales y prodigios engañosos, de seducciones y falacias para los destinados a la perdición por no haber recibido el amor de la verdad que los salvaría. Perseguirá cruelmente a la Iglesia y a sus fieles; su advenimiento señalará el fin del mundo.

 

"Vi como salía del mar una bestia,

que tenía 10 cuernos y 7 cabezas,

y sobre los cuernos 10 diademas,

y sobre las cabezas nombres de blasfemia.

Era la bestia semejante a una pantera,

y sus pies eran como de oso,

y su boca como la de un león.

Diole el Dragón su poder, su trono

y una autoridad muy grande.

Vi a la primera de las cabezas como herida de muerte,

pero su llaga mortal fue curada.

Toda la Tierra seguía admirada a la bestia.

Adoraron al Dragón, porque había dado el poder a la bestia,

y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia?

¿Quién podrá guerrear con ella?.

Diosele asimismo una boca,

que profiere palabras llenas de arrogancia y de blasfemia,

y fuele concedida autoridad para hacerlo durante 42 meses.

Fuele otorgado hacer la guerra a los santos y vencerlos.

Y le fue concedida autoridad sobre toda tribu,

y lengua, y nación.

La adoraron todos los moradores de la Tierra..."

 

La primera bestia, que sube del mar, es el Anticristo, Señor del mundo hostil a Dios. El mar sería, según las cartas de los padres de la Iglesia, la representación del Mar Eterno, de gran poder e importancia y definitivo perpetuismo. En cuanto a la bestia bermeja, llena de nombres de blasfemia y que tiene siete cabezas y diez cuernos, es la figuración de un poder político con todas las características de adversario del poder de Dios y su persona. El color rojo y las siete cabezas son pormenores tomados de las tradiciones rabínicas: El rojo es el color del Tifón egipcio, mientras que las siete cabezas, que simbolizan el máximo despliegue de fuerzas por parte de las potencias hostiles a Dios, se relacionan a la Pista Sofía de los gnósticos; se trata, en fin, del Basilisco.

Se relaciona a la primera bestia con el Imperio Romano, las siete cabezas son siete reyes con sendos tronos, "... De los cuales cinco cayeron, el uno existe y el otro no ha llegado todavía."; como este relato fue escrito en época del imperio de Dominiciano, los reyes son: Calígula, Claudio, Nerón, Vespaciano, Tito, Dominiciano y Nerva. Los diez cuernos son diez reyes que no han recibido aún la realeza, pero con la bestia recibirán la autoridad de reyes por una hora. Los nombres sobre las cabezas de la bestia son los atributos divinos que ella se proclama, tales como Augusto, Divino, Hijo de Dios, Señor y Dios, Salvador, etc. Vista en conjunto, se asemeja a las cuatro bestias de Daniel, al león, al oso, al leopardo, y al monstruo de los diez cuernos.

El dragón es un animal mitológico y representa las fuerzas enemigas de Dios, es por lo tanto la personificación de Satán. Dado que la bestia obedece al dragón y a él le debe todo su poder, se trata de un ser de naturaleza diabólica. El increíble poder de que dispone la bestia y el prodigio de que ha sido objeto, producen estupor en el mundo entero; Todos ven en esta figura política de grandeza y fuerza inauditas no un fenómeno natural, sino un verdadero portento de Dios, y acaban por adorar al ser a quien todo esto se debe, el dragón.

 

La primera de sus cabezas tiene una herida de muerte, pero su llaga fue curada; esta herida de espada mata a la primera cabeza, pero con el auxilio del dragón, ésta logra revivir.

Los pobladores de la tierra dan a la bestia un culto similar al de Dios, con semejante adoración al decir: "¿Quién como la bestia?, ¿Quién podrá vencerla?"; sus dominios son ilimitados, de proporciones mundiales, sus poderes llegan más allá de sus extensiones de reinado. La bestia recibió del dragón una boca que profiere blasfemias y palabras arrogantes; las blasfemias no son otra cosa que prerrogativas divinas que se arroga y honores divinos que para sí reclama. Le fue otorgado un poder absoluto sobre la Tierra, y también hacer la guerra contra los santos y vencerlos, es decir, perseguir a los fieles cristianos y destruirlos; no tolera en sus dominios la presencia de quien se niega a entregarle cuerpo y alma. Para el hombre sólo existen dos posibilidades a elección: la bestia o la muerte.

 

"Vi otra bestia que subía de la Tierra

y tenía 2 cuernos semejantes a los de un cordero,

pero hablaba como un dragón.

Ejerció toda la autoridad de la primera bestia

en presencia de ella e hizo que la Tierra

y todos los moradores de ella

adorasen a la primera bestia,

cuya llaga mortal había sido curada.

Hizo grandes señales,

Hasta hacer bajar fuego del Cielo a la Tierra

Delante de los hombres.

Extravió a los moradores de la Tierra con las señales

que le fue dado ejecutar delante de la bestia,

diciendo a los moradores de la Tierra

que hiciesen una imagen de la bestia en su honor,

que tiene una herida de espada y que ha revivido.

Fuele dado infundir espíritu en la imagen de la bestia

para que hablase la imagen e hiciese morir

a cuantos no se postrasen ante la imagen de la bestia,

e hizo que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres,

libres y siervos, se les imprimiese una marca en la mano

derecha y en la frente, y que nadie pudiese comprar o vender

sino el que tuviera la marca, el nombre de la bestia

o el número de su nombre."

 

La segunda bestia, que sube de la Tierra, es el profeta de la primera bestia; ésta no sube del mar y está totalmente al servicio de la potencia política, con cuyo poder puede contar sin restricciones. Su misión consiste en propagar el culto a la primera bestia, a la que rodea de una aureola de religiosidad, tratando de consolidar así el poder de aquella y hacerlo definitivo, es como su profeta. Reclama culto religioso para el poder político, que pretende erigirse en ser divino. Ordena hacer una imagen, al igual que los cultos paganos, en honor a la bestia, y manda a que todos lleven impresa en la frente o en la mano una señal que los acredite como partidarios de ella.

Una especie de Anticristo, la Bestia del Abismo, subirá desde el Averno para aniquilar a los testigos de Dios que profetizaban guerras y dificultades durante 1.260 años; cuidará de la persona del Anticristo contra sus enemigos o eventuales agresores.

Los textos rabínicos dieron al Anticristo el nombre de Armilio o Rómulo, y lo hicieron gigante, hijo de una virgen de piedra. Para los musulmanes, el Anticristo o falso mesías se llamará Daggiad; poseerá un solo ojo y una sola ceja y montara sobre un asno.

Al fin de los tiempos, la Gloria Divina derrotará al Anticristo, los Jinetes del Apocalipsis (Los azotes de la Humanidad: Peste, Hambre, Guerra y Muerte) acabarán por destruirlo en el Harmagedón, o Monte Megido, sinónimo del Fin del Mundo; sus restos serán arrojados al Mar de Fuego, junto con el falso profeta y el diablo.

 

"Aquí está la sabiduría.

El que tenga inteligencia

calcule el número de la bestia,

porque es número de hombre.

Su número es seiscientos sesenta y seis."

 

Los judíos y los griegos carecían de signos numéricos especiales, y para representar las cifras empleaban las letras del alfabeto, como tales, dando a cada una de ellas un valor numérico determinado. Si se suman los valores de las letras de un nombre, se obtiene el número del mismo. Este procedimiento se llama Gematría; como consecuencia de esto, con el correr de los años se llegó a tener gran cantidad de interpretaciones del número 666. Ya en tiempos de San Ireneo se conocían varias, tales como Euanthas, Lateinos, Teitan; entre todas, la que en la actualidad cuenta con mayor adhesión es la que ve en la enigmática cifra el nombre del emperador Nerón. Si, partiendo del valor que las letras tienen en el alfabeto hebreo, se computan las que forman el nombre Nerón César, se obtiene la cifra 666, siempre que se lea Neron Qesar.
Si el Anticristo se ha de identificar con el Nero redivivus (Nerón revivido), bien se puede considerar esta interpretación del número 666 como la mejor de cuantas se han propuesto, pero el misterio del nombre como de los diez cuernos sigue vigente.