B a s i l i s c o

(Voz griega, βαςιλιχόν, "pequeño rey") Se trata de un animal fabuloso que podía ocasionar la muerte a un hombre con sólo mirarlo. Según una leyenda, el Basilisco nació de un huevo que había puesto un gallo, fecundó una serpiente y empolló un sapo; dicha leyenda sostiene que existen ciertos gallos que al final de su séptimo año de vida ponen un huevo.

El Basilisco, junto con el león y el áspid, era, en la edad Media, uno de los atributos más importantes de Satán; se decía que habitaba en el fondo de un pozo y que envenenaba el agua de éste.

Otros le han visto forma de culebrilla de moderadas dimensiones, con una especie de diadema blanca en la cabeza, y dotada de la ya citadas cualidades venenosas.

Era tal su ponzoña, que hacía marchitar las plantas, resquebrajar las piedras, e incluso matar a las demás serpientes con su olor; no se mueve como las demás serpenteando, sino con el cuerpo recto y perpendicular al terreno desde medio cuerpo a la cabeza.

Está considerado como el rey de las serpientes, y en un principio recibía los nombres de Basilecoq, Coquatrix o Cocadrille (gallo-serpiente o hijo de gallo).

Cabe agregar que, a lo ya dicho de las propiedades mortíferas del Basilisco, si la víctima es la primera en ver al monstruo, entonces será él el condenado a morir. Para evitar que la bestia matara, se debía tomar la precaución de llevar consigo algún objeto con superficie reflejante, como un espejo, u bien un escudo, de manera tal que fuera enfrentado al monstruo y así el poder de su mirada se volviera en su contra.