Demonología y Demonografía

 

Tanto la Demonología como la Demonografía suelen ser confundidas entre los estudiosos de temas religiosos o paranormales, lo cierto es que son disciplinas con puntos en común, pero de desigual naturaleza:

- La Demonología es el "estudio científico y razonado de la existencia y naturaleza de los demonios, complemento de la Teología y la Teodicea".

- La Demonografía, en cambio, es una rama de la anterior, y cuyo estudio se basa en la "historia y la descripción de todo lo concerniente a los demonios".

Se habla de la Demonología, entonces, como la herramienta para dilucidar el fenómeno sobrenatural del diablo y los demonios, es la generalización del concepto del Mal (como entidad más que como atributo) y la explicación genérica de los hechos "inexplicables".

La Demonografía, no obstante, aparece desde dentro de la misma Demonología, para describir "los demonios, su organización en el Infierno, los poderes y las atribuciones de cada ser maléfico, la forma en que se los puede traer a este mundo (Evocación), para pedir sus servicios (Pacto), de su intervención en los hechos mágicos (Hechicería), etc.

Demonógrafos hubo muchos, como P. Delancre, P. Leloyer, J. Wier, J. Bodin, F. M. Guazzo entre otros, estudiosos de diversas ramas de la religión, las leyes o las ciencias, que centraron la atención en los fenómenos que acaecían en su época. 

El origen y desarrollo de la Demonología tuvo lugar particularmente en la Edad Media (siglos XI al XVI), menguando su estudio e interés con el correr de los años posteriores; los puntos fuertes de investigación fueron:
  • La existencia y las características de los demonios;
  • La investigación de los fenómenos denominados "diabólicos";
  • Las ciencias y las artes inculcadas por el diablo;
  • La observación de las distintas culturas a través de sus creencias y su relación con los demonios.

La palabra Demonio proviene del vocablo griego d a i m w u , que significa "genio, deidad". Mientras, el término Diablo, en griego d i a b w l s z , quiere decir "calumniador, adversario, mentiroso". Con este término, los sabios designaban a Satán y a sus legiones, mientras que la palabra "demonio" era aplicada a todas aquellas deidades mensajeras entre los dioses y los hombres (originalmente utilizado en la Grecia Antigua). Estos demonios eran en un principio dioses, pero con el advenimiento del Cristianismo y el concepto de monoteísmo,  pasaron a formar parte como antagonistas de Jesucristo, para convertirse, consecuentemente, en una horda de seres arrojados al Infierno. Se conoce, desde entonces, una diferencia entre diablos y demonios: Los primeros son los príncipes y grandes señores, mientras que los otros son plebe.

Mucho se ha especulado con respecto al número total de diablos y/o demonios, en rigor de verdad no se conoce, como tampoco se conoce el número total de ángeles.

Según los cálculos de los primeros rabinos, existen 301.655.172 ángeles, y, por medio de los textos bíblicos se conoce que los diablos son una "tercera parte" de los seres angélicos: como resultado de esto, habría un total de 43.093.596 demonios.

Por otro lado, el demonólogo Wierus (Johannes Wier), uno de los más importantes estudiosos del tema, estableció el número en 666 legiones de 6.666 demonios cada una, comandadas por 66 Príncipes infernales: aproximadamente 293.000.000 de diablos; a esto hay que agregarle las numerosas diablesas. Sin embargo, muchos siguen sosteniendo que estas entidades son incontables.